viernes, 27 de julio de 2012

SAID (1)






"Prefiero a los Zombies. Ellos no mienten, no tienen agendas ocultas, tú sabes lo que son. Puedes respetarlos al menos por eso. Los humanos trabajan con recovecos, marchando al son que les toquen, nunca sabes lo que están pensando. Los malos son siempre los humanos"

George A. Romero

19:05 CASA DE JOSÉ LUIS, CARTAGENA

   Era una fría tarde de Marzo en Cartagena. La primavera había llegado, pero el mal tiempo que  perduraba durante todo el invierno seguía sin desaparecer. El país se encontraba atravesado por una ola de frío siberiano que le había costado ya la vida a más de un centenar de personas a su paso por Europa. Muchas ciudades del norte estaban incomunicadas e incluso allí, en la cálida Región de Murcia, hacía un tiempo espantoso.
   Las unidades de la UME -la Unidad Militar de Emergencias- tenían mucho trabajo por delante limpiando la nieve que se amontonaba sobre las carreteras de Madrid. En Murcia sin embargo, el problema era algo distinto: las lluvias torrenciales habían dejado incomunicados a decenas de pequeños ayuntamientos por toda la comunidad autónoma, y la ayuda humanitaria en forma de medicamentos y provisiones era por ello, necesaria.

   Pero aquel maldito tiempo de perros no era del todo malo. Al menos no para todo el mundo. A Said y José Luis parecía no amargarles en absoluto. Excepto quizás, cuando la conexión Wi-Fi de casa de José Luis fallaba.  <<Mierda de Router y jodida lluvia>> maldecía este una y otra vez cuando se caían de la partida que estaban jugando On-line.

   El padre de José Luis era oficial de la unidad militar de emergencias destinada en Murcia, y llevaba ya muchos días fuera de casa. Circunstancias que Said siempre aprovechaba para instalarse en el acogedor y caliente salón de la casa de su amigo. <<Al carajo con la universidad>>  pensaba Said.
   El Call Of Duty era un juego muy adictivo y oportunidades como aquella no se presentaban muchas veces al año. Así que se viciaron durante días sin atender a lo que sucedía en el resto del mundo.
   - Eso es, ¡que os den por culo mamones! –la sonrisa de triunfo en la cara de José Luis delataba la victoria conseguida en su última partida-. Tiempo muerto Said. Llevamos desde que nos hemos levantado jugando y me ruge el estómago, ¿quieres que te traiga algo?
   - ¡Nah! Voy a tumbarme un rato en el sofá del salón. Desenchufo la consola.

   Said Kaddour era mestizo. De padre argelino y madre española. Fibrado. No medía mucho más de metro setenta. Estudiaba Ciencias del Deporte en San Javier desde hacía poco más de un año y se encontraba en segundo curso. Cuando cumplió los dieciocho se alistó en la Infantería de Marina y pasó allí tres largos años destinado antes de presentarse nuevamente a selectividad y comenzar sus estudios universitarios.
   Su piel tenía un color cálido y su pelo largo y rizado era uno de los pocos rasgos genéticos que conservaba de su padre. No sentía vergüenza por sus raíces. Era una persona alegre y llena de vitalidad que disfrutaba jugando a los videojuegos con su greñoso amigo, o pasando el rato junto a sus amigos mientras estos bebían o fumaban -siempre y cuando no se encontrase en el gimnasio-.

   Acostado sobre el sofá encendió la tele  a ver lo que echaban: todas las cadenas comentaban la misma mierda: desde principios de febrero un extraño virus había saltado a los telediarios. Algunos hablaban de gripe aviar, otros de las vacas locas, el Ébola e incluso le achacaban la culpa a los pepinos españoles… Lo que comenzó como unos pocos casos aislados de fiebre y gripe por aquí y allá se había expandido por todo el globo y el número de afectados aumentaba día a día desmesuradamente. En Antena3 decían que en la última semana habíamos pasado de 100 hospitalizados en todo el país a más de 5000 casos contabilizados en hospitales. Tan solo en Madrid.
   Said cambió de cadena. En TVE1 daban una noticia de última hora: todos los militares destinados en terreno extranjero estaban siendo inminentemente trasladados a la península y enviados a bases de todo el litoral. La información se daba a cuentagotas y se encontraba demasiado sesgada. Cuando la periodista le preguntó a un condecorado sargento del ejército de tierra sobre los soldados muertos en Irak por mordeduras animales, este evadio sutilmente la pregunta respondiendo que la gripe  era un problema mucho más peligroso que los animales rabiosos en Arabia.
   Puso Tele5. Un grupo de tertulianos debatía las últimas decisiones de Ángela Merkel. Por lo visto, la canciller alemana acababa de anunciar el cierre de las fronteras de su país.

   El chico no pudo ver mucho más. Su incondicional amigo, José Luis, volvía de la cocina y balbuceaba con la boca llena mientras le hacía señas a su invitado para regresar a los ordenadores y continuar jugando.
   - Tío, algo gordo ha estado pasando durante estos cuatro dias–le comentó Said mientras se levantaba del sofá.
   - ¿De que coño hablas?
   - Han replegado a nuestras fuerzas de Afganistán y Bosnia. Además, los pagafantas estos de Tele5 se han puesto filosóficos. Hablan sobre un cierre en las fronteras alemanas.
   - Mmm… Ahora que lo dices, creo que un noruego ha comentado algo sobre el toque de queda en su ciudad hace un par de partidas a través del chat. Por lo visto andaban sueltos unos cuantos locos que atacaban a la gente. Los nórdicos están mal de la cabeza.
   - Creo que va a estallar algo gordo.
   - Si. Y nos va a pringar en la cara como no te sientes ya mismo delante de la play. Tenemos que probar una partida a los zombis del Black Ops usando la estrategia esa que me contaste. Además, ¿desde cuando cojones te interesas por las noticias?
   - Tienes razón. El mundo se va a la mierda pero lo más producente es jugar a la Play3 mientras haya Wi-Fi –dijo el argelino mientras agarraba a su amigo del pescuezo.
………………………………………………………………………

   Finalmente Said hizo caso a su anfitrión y ambos marcharon de nuevo a la habitación de este a echar otra partida mientras hablaban de sus cosas:
   - En la tele dicen que hay una epidemia y tú te lo crees… Todo eso no es más que una sucia estratagema de los alemanes para vender vacunas. La ola de frío transilvana esa ha provocado muchos catarros y un par de muertes. Todos quieren sacar tajada del asunto e intentan asustar a los pobres ciudadanos. Cerdos capitalistas.
   - ¿Y de donde has sacado esa idea tan descabellada? –Said creía que no merecía la pena tan siquiera corregir a su amigo.
   - Me lo ha contado Rafa. El lo ha leído en Foro Coches.
   - Foro Coches y Rafa son fuentes muy fiables –respondió con sarcasmo-. Por cierto, Edd me dejó ayer un privado por Tuenti. Dice que vayamos a casa de Paolo. Están con David y Metadonas.
   -  ¿Pero tienen droga? Ya sabes que si el Paolo nos dice que vayamos para su piso es porque están con el mono y quieren que les llevemos buena mierda.
   - Nah, tranqui. Me han dicho que le quitaron una bolsa con maría a la pija esta que se junta con ellos a veces y se lo están fumando ahora mismo.
   - ¡Qué cabrones! Bueno, prepárate que vamos a probar esa jugada– dijo José Luis mientras indicaba a la pantalla-. Esta partida está ya acabada.
   - Por cierto… ¿Tu hermano dónde para a estas horas?
   - No sé. Habrá ido a fumar a las seiscientas.
   - ¿Qué divertido no? Aún es un crio y ya fuma, ¿no piensas decirle nada?
   - Bueno ya sabes. Sus putos amigos son todos así. Ponerse ciegos a polen es la nueva forma que tienen de entretenerse.
   - Que asco me dan los críos de hoy en día. Todos con móviles mejores que el mío, consolas caras, perfiles en las redes sociales y fumando polen ya tan pronto... ¿Qué hay de los ideales de nuestra generación, cuando nos pasábamos la tarde jugando al fútbol o al basket, ligando con las muchachitas y escalando montañas?
   - Tú si que eres una montaña -concluyó bordemente José Luis-. Esos ideales se perdieron, ahora son todos unos cerdos capitalistas producto de las multinacionales.

   Unos minutos después fueron devorados por los zombis del Call of Duty. Said se desperezaba mientra José Luis maldecía a la pantalla del televisor. Al rato se calmó.
   - Oye moro, ¿Rafa y Jesús no están en casa de Paolo?
   - No. Edu me contó que Rafa está de bajón por lo de la novia. Jesús se lo ha llevado al Sex Shop que hay por el centro.
   - Malditas zorras. Últimamente estamos todos en racha… ¿Te refieres al Sex Shop de la calle Jabonerías? Sexy Land creo que se llama.
   - Supongo que será ese.
   - ¡Que puto amo! ¿Y qué van a hacer allí, comprar penes de plástico?
   - No hombre –respondió el mestizo-. Jesús ha reservado dos entradas para un espectáculo erótico esta noche.
   - Y luego dice el Jesús que a él eso del porno no le hace falta, que con lo que folla… Si ese fuese pinocho tendría ya las manos chamuscadas de meneársela… Puto fantasma.

   José Luis Mosquera era un palmo más alto que su amigo Said.  Había sido amigo de este desde que sus padres llegaron de Galicia a la ciudad, cuando ambos eran pequeños. Tenía veintitrés años –dos menos que el argelino-. Aquella tarde lucía su greñosa cresta rizada sin peinar. No se había duchado en los últimos dos días y llevaba sus vaqueros rotos y una camiseta de los Hollywood Undead. Tenía los ojos podridos de legañas secas que, pese a los intentos de Said porque fuese a lavarse la cara, no se había quitado. <<¿Tu que rezas al Alá ese y te pasas semanas sin ducharte me vas a decir a mí que apesto? ¡Anda y que te follen moro!>>.
   Sí. Si Joselu destacaba por algo era precisamente por ser rudo y mal hablado. Le resultaba imposible cerrar una frase sin soltar un taco. Aparte de eso, era un amante empedernido del punk.

   - …Llevas una semana sin aparecer por casa Said. ¿Sabes algo de tu familia?
   - Pues hablé con mi hermana ayer. Se encuentra bien. De borrachera en borrachera dice –el argelino puso entonces cara de preocupación.
   - Joder está en Sevilla City estudiando. Si no estuviera de borrachera en borrachera entonces si que sería preocupante.
   - Supongo… Y la vieja ya sabes. Desde que perdimos a mi padre casi nunca aparece por casa. Está siempre fuera apagando su tristeza dios sabe donde. Solo espero que no se mate un día por conducir borracha.
   - …¡Es jueves joder! –José Luis se arrepentía de haberle echo aquella pregunta a su amigo y trataba ahora de animarlo-. Vayamos ya para casa de Paolo a beber y tomar drojas –dijo mientras se ponía su gorra de Matix-. Y luego vayamos a buscar unos coños calientes por la calle de los pijos.
   - Lo de las drogas no lo veo y eso último menos aún.  
   - ¡Ese no es el camino Said! Si no metes tu polla árabe en un buen chocho jamás conseguirás olvidarte de esa zorra.
   - No tiene nada que ver con ella. Y para ya de decir groserías que me estás poniendo de los nervios.
   - ¡¿Pero que mierda?! Tío eso es agua pasada. Además, solo fueron tres semanas de mier…
   - Tres semanas haciéndolo como conejos –le interrumpió Said-. Estaba muy enamorado de ella -la mirada del argelino se nubló, transportándole a tiempos mejores.
   - Al cuerno con el cariño, ¡que le den al amor! ¡esta noche solo sexo con esas niñatas pijas y sus fajos de billetes!

   Poco después ya tenían los electrodomésticos apagados, la casa “decentemente” recogida y ultimaban detalles antes de abandonar el hogar.
   - Jose –Said llamaba la atención de su amigo mientras se ponía su sudadera gris-. Acuérdate de guardar las llaves en el bolsillo izquierdo del pantalón, por favor. No quiero volver a pasarme otra noche buscándolas por todo el edificio porque se te hayan vuelto a caer por el roto.
   - Tranquilo joder. Las pondré a salvo –le respondió a la vez que agarraba su sudadera verde de Rock Star.

   Mientras llamaban al ascensor, José Luis no podía evitar hablar con su pensativo amigo mientras se repeinaba la cresta con saliva:
   - ¿En qué piensas Said? Estás embobado. ¡Olvida ya a esa mujer!
   - No es eso. Me acabo de acordar que hoy venía Juanxi a la ciudad.
   - No me repliques. Sabes que todo es por culpa de las mujeres... ¿y quién coño es ese Juanxi?
   - Un mago bastante bueno. He visto varios de sus trucos por youtube y están muy logrados. Ha ganado varios concursos importantes de ilusionismo.
   - Empiezo a pensar que eres gay –le respondió José Luis mientras entraban en el ascensor-. No se habla tan bien de alguien a menos que te guste.
   - Quien tiene talento tiene talento. Te lo digo yo.
   - ¿Sabes cual habría sido un planazo? Pasar la noche en el ciber. Antonio ha vuelto ha organizar una noche cerrada y está allí Siko. Podríamos haber jugado los tres juntos durante horas al league of legends y al wow... ¿Me estás escuchando?
    - …Iba a comprar entradas para ir con ella a la actuación –el rostro de Said mostraba una melancólica mezcla entre tristeza y añoranza-. Lo hubiésemos pasado bien.
   - Pues menos mal que no te dejaste las pelas invitando a esa zorra.
…………………………………………………………………………………………

20: 40 CALLE JUAN FERNÁNDEZ

   Los dos amigos abandonaron el edificio enzarzados en una pelea. Las palabras de José Luis habían conseguido enfadar a Said, que ahora se encontraba practicando varias llaves de lucha sobre su amigo mientras este gritaba y arremetía codazos contra su abdomen. Parecían un par cachorros jugando salvajemente. Con el revuelo que tenían montado no pudieron escuchar como media docena de helicópteros militares atravesaban el cielo a lo lejos. Rumbo hacia el viejo hospital de marina. 

   Paolo vivía cerca de la casa de José Luis. Se conocían desde pequeños porque habían sido vecinos hasta que los padres del muchacho se mudaron a una casa más grande. Durante el trayecto pudieron percibir que algo no iba bien.
   - ¿Qué hora es? –preguntó Said extrañado-.
   - Déjame que vea… Que raro, son las ocho de la tarde y no se ve ni un alma. ¿Será por lo que han dicho en las putas noticias?
   - No creo, es jueves universitario. Debe de haber una buena fiesta montada por el centro, fíjate – a lo lejos se escuchaban sirenas-. Parece que la policía va hacia el puerto.
   - Seguramente la dependienta del Sex Shop les halla llamado porque hay un par de “fantasmas” en su local. Por cierto, esta noche va a llover. Mira esos nubarrones allí a los lejos.

   Mientras hablaban -ajenos a todo lo que ocurría a su alrededor-, llegaron hasta el portal de la casa de Paolo. Por norma general, aquella zona de la ciudad era un hervidero de gente y de coches debido al colapso en las rotondas colindantes y los pubs que se extendían junto al Club de Cabos.
   La puerta del edificio de su amigo se encontraba abierta de par en par y el pomo estaba recubierto de sangre. Pensaron que algún vecino se habría magullado por la calle y no le dieron mayor importancia. Subieron al ascensor y marcaron el sexto piso. Jose bromeaba haciendo un chiste fácil entre sexto y sexo, prometiéndole una vez más a Said que cuando llegasen a dicha planta arrancaría la “T” de la placa que se encontraba sobre el rellano. Junto a las escaleras.

   Cuando se abrieron nuevamente las puertas del ascensor cruzaron el pasillo del sexto y llamaron al timbre. Al otro lado de la puerta la televisión sonaba alto. <<¿¡Quién va!?>> les gritó David cuando José Luis volvió a llamar. Pero antes de que les abriesen, el de la cresta ya había comenzado a hablar en voz baja nuevamente con Said. Era muy impaciente y no podía estarse callado ni por un minuto.
   - ¿Crees que Metadonas habrá vuelto a traer Speed después de lo que pasó la última vez?
   - Puede. El negocio es el negocio –le respondió el argelino-.
   - Cerdo capitalista… Al Jesús casi le da algo por culpa de su droga.
   - De algo tiene que vivir Metadonas. Su viejo está en la cárcel y apenas les da para llegar a fin de mes con lo que gana la madre. Además. Sabes que la culpa es únicamente de Jesús. Andrés no le obligó a tomarse aquellos dos gramos.
   - Te odio cuando tratas de defender causas perdidas puto moro.
   - Hay que tratar de ponerse siempre en la piel del otro José Luis. No todo en la vida es blanco o negro.

   Al rato escucharon el sonido del visillo. Luego el traquetear de los pestillos y finalmente la puerta se abrió ligeramente. Entonces David asomó la cabeza, más pálido de lo normal. De no ser por la cara de susto que tenía encima pensarían que seguía siendo el mismo chico que conocían antes de que hubiese vuelto de Madrid. Era cocinero y acababa de regresar a casa de sus padres tras una experiencia no muy positiva trabajando en la gran capital. Lucía sus Reebok clásicas de color blanco inmaculado, vaqueros oscuros marca Inside y un polo blanco de manga larga comprado en la misma tienda que los pantalones. Su grasiento pelo estaba aplastado bajo una gruesa capa de gomina. Era una mezcla entre bacala y kani: la bestia definitiva, seguidor del Real Madrid y fan incondicional de Cristiano Ronaldo. 
   - David, ¿te ocurre algo? –le preguntó José Luis bastante desconcertado- ¿Has vuelto a las andadas con la anorexia?
   - Amigo, deberías de comer más a menudo y dejarte el tabaco. Pásate un día por el gimnasio y te pongo una rutina para que machaques esos bíceps. Fíjate. Joselas lleva entrenando conmigo unos meses y ya se le nota algo.
   - Sí. Dentro de poco podré darte palizas con una sola mano – respondió José Luis, mientras volvía a resurgir en él aquel instinto animal que acababan de dejar atrás en el rellano de su casa- ¿Y tu qué coño estás mirando? Tienes cara de pasmao.

   David no se había inmutado durante todo aquel tiempo. Seguía con la vista clavada tras sus amigos. A lo lejos. Miraba hacia las escaleras del rellano, donde las oscuridad se fundía con las losetas. Aquella mirada inmutable, perdida en el espacio tiempo les pareció a ambos tan enigmática que hasta ellos mismos dudaron y miraron tras de sí. Decepcionados. Tan solo vislumbraban sus propias sombras dibujadas en el suelo. Finalmente David escapó de su trance y se dirigió a los muchachos.
   - ¿Habéis visto algo extraño en la calle? ¿Os han mordido? –el tono de aquellas preguntas sonaba demasiado inquisitivo. Acusador. David no se andaba con chiquitas e iba siempre directo al grano.
   - Hay unas nubes muy jodidas aproximándose por el norte. Y no; por muy petado que esté el Said aún no se le lanzan encima a comérselo vivo. Por lo demás,  mucho frío. Frío y silencio.
   - ¿Silencio? Eso no es nada bueno. ¿Es posible el virus haya llegado ya hasta Cartagena? Aquellos helicópteros hace un rato… –las palabras de aquel hombre estaban llenas de impotencia y curiosidad a su vez.
   - ¿De que puñetas estás hablando? –David los estaba poniendo de los nervios con aquella actitud. Tanto que incluso Said se había visto contagiado por el vulgar lenguaje de su amigo Jose.
   - ¿Es que no os habéis enterado de nada?
   - ¡¿Pero enterarnos de que?! –la frustración del argelino aumentaba a cada enigma que planteaba David-.
   - El virus. Llevan días hablando de él por televisión.
   - Las putas noticias no son importantes. El Call of Duty y el Star Wars si. Hemos pasado toda la semana delante de la play arrasando –dijo José Luis lleno de orgullo. Siempre le entraba aquella fanfarronería cuando decía públicamente lo bueno que era a aquel juego.

   Parecía que finalmente David comprendía por donde iban los tiros y porqué aquellos dos anacletos se habían presentado en casa de Paolo como si nada.
   - No se como podéis ser tan imbéciles –aquel era el insulto favorito del cocinero-. Como explicároslo… Al principio, el Ministro de Defensa de los Estados Unidos había dicho que el virus era una extraña cepa, mezcla de la rabia y el ébola. Algo inofensivo. Pero eso no se lo creía ni el. Los infectados desarrollan hemorragias internas, fiebre alta, naúseas... y en algunos casos se vuelvieron incluso violentos en vez de acabar curándose. Pasa pocas veces, pero existe esa posibilidad.
Unas horas más tarde Rajoy explicó que no hay de qué preocuparse; que sería complicado que esa basura se extendiese por nuestro país y que además, nuestros “excelentes” investigadores están tratando de encontrar una cura. Todo aquello sucedió el lunes. Desde entonces la cosa ha ido a peor. Han acordonado hospitales y ciudades. Varios países del este han cerrado sus fronteras y los tiroteos se repiten en cientos de lugares. Mucha gente ha muerto ya. Se habla de una gran depresión y de histeria colectiva. Los suicidios están a la orden del día. Por si fuese poco se ha censurado la libertad de prensa... Pero por mucho que quieran censurar la información es imposible que bloqueen la totalidad de Internet.  No os podéis ni imaginar los vídeos que hay subidos.

   Mientras David seguía rajando, el sonido de la caja tonta llamó la atención de Said. El ruído provenía del salón.
   - “…pacientes infectados por la cepa de rabia atacan a enfermeros y médicos en el USP San José de Madrid. Los agresores han sido aislados. Noticias de última hora afirman que la policía nacional se haya desalojando el policlínico ante posibles brotes de contagio entre el resto de enfermos. El hospital ha sido rodeado y puesto bajo cuarentena… Si saben de alguien que esté infectado -ya sean amigos o familiares- aíslenlo por su propia seguridad y llamen a la policía. Repito. Aléjense de ellos por su propia seguridad y no intenten acercarse. Los síntomas son fácilmente reconocibles: pupilas enrojecidas, fiebre alta, hemorragias internas….”

   Said escuchaba atónito lo que decían en la televisión mientras cruzaba por enfrente de David, que discutía ahora con José Luis sobre las estrambóticas teorías que Rafa le había contado hacía dias al gallego. Aquello estaba sucediendo en Madrid. Relativamente a pocos kilómetros de su ciudad. Notaba como el miedo le invadía todo el cuerpo y le encogía las extremidades. Mientras avanzaba a paso decidido por el pasillo no podía dejar de pensar en su hermana y en la madre que le parió. ¿Se encontrarían a salvo?

   En el salón estaban Paolo, Edu y Andrés. Tenían la vista clavada al televisor. Ellos también se encontraban hechizados por las imágenes del hospital que retransmitían desde helicóptero por la tres. Algo muy gordo se estaba desatando frente a sus ojos y, tal como había dicho José Luis “aquella mierda les iba a salpicar directamente en la cara”.
……………………………………………………………………………………

   El reloj marcaba las nueve de la noche. Durante cinco eternos minutos ninguno se había separado del televisor. Lo que sucedía en el USP eran tan real e intrigante que ninguno quería perderse ni el más mínimo detalle.

   Paolo Rossi tenía veinticuatro años. Era italiano. Su padre -comandante de marina- había aceptado un cargo militar en la pequeña base extranjera situada en el Arsenal de Cartagena. Llevaba más de diez años viviendo en la ciudad y dominaba el idioma a la perfección. Aún así, su entonación a la hora de hablar estaba cargada de esos matices tan… “Italianos”.
   Lucía como siempre: converse negras, vaqueros de pitillo rotos, una camiseta sin mangas de color blanco y una bandana negra a modo de cinta con la que se apartaba sus largos pelos lisos y oscuros de los ojos. Era de complexión delgada; tísico, y le encantaba la ganja y el Jack Daniels. Si el grupo se mantenía unido era quizás gracias a él; no tenía dotes de líder, pero conseguía tener a sus amigos siempre cerca. Le pirraban las mujeres y era un pamplinas irreverente; un Don Juan barriobajero que se pasaba todo el día mostrando aquella sonrisa pretenciosa y hablando con su acento italiano.

   Por otro lado, Eduardo Delgado era un rockero alto y fuerte de veintidós años. Se había rapado al cero hace un par de semanas y aquella cabeza le recordaba a Said el casquillo de una bala. Cabía también destacar que Eduardo estaba aún más machacado en el gimnasio que el argelino, y además sobrepasaba el metro ochenta. Siempre había sido muy jovial; le encantaba agradarle a la gente y reírle las bromas a Paolo. Su palabra favorita era “Tío”.

   La televisión seguía comentando las noticias de última hora mientras los chicos atendían acongojados. Un cámara había conseguido colarse entre el cordón policial y grababa desde primera línea como todos los heridos eran evacuados. Aquellos doctores de bata blanca –teñida de rojo- corrían despavoridos. Todos mostraban una mirada de pánico y terror en sus ojos. Resultaba irónico ver a los profesionales que tantas decenas de casos desagradables habrían presenciado en sus vidas huir del centro sanitario a tal velocidad. La imagen volvió al plató de televisión,  donde Matías Prats informaba que los casos de infectados hospitalizados eran mínimos en comparación con el número de enfermos que debían de continuar en sus casas o haciendo vida normal. Advertía a los oyentes de que permaneciesen en sus hogares, aislándose de todo posible caso de contagio. Ni siquiera en aquellos momentos se tenía una conciencia real sobre la magnitud del problema.

   José Luis se incorporaba al resto del grupo en el salón. Interrumpiendo el telediario, mientras que David salía hasta las escaleras del rellano para husmear en el resto de plantas. Sentía curiosidad por escuchar detrás de las paredes en busca de algún posible brote de infección dentro del edificio.
   - ¿Eso está ocurriendo en Madrid?
   - Si tío. Por lo visto muchos de los infectados se han vuelto agresivos o algo de eso. Todo ha comenzado hará como media hora – le respondió Edd.
   - Están poniendo bajo cuarentena todos los hospitales del País -añadió Paolo-. Aunque no se hayan declarado brotes.
   - ¿Y se sabe ya que clase de virus es? – Preguntó Said.
   - Aún nada –Edd negaba con la cabeza-. Continúan pensando que tiene que ver con la rabia.
   - Nosotros lo llamamos “Charlie Sheen”.
   - ¡¿Cómo?! –la paja mental que Jose tenía en la cabeza había alcanzado su límite al escuchar los desvaríos de Paolo.
   - Hace poco ha salido un vídeo del actor en la CNN. Estaba totalmente drogado y se ha puesto a atacar a la reportera. Le ha arrancado una oreja y todo. Ha sido muy gore –el italiano hizo muecas de asco-. No se si estaba infectado, pero lo ha petado un huevo –una sonrisa volvió a surcarle su alargada cara tras usar aquella expresión.
   - Así que les hemos apodado Charlis –añadió Edd triunfante. Orgulloso de que se le hubiese ocurrido, a la vez que llenaba el pecho de aire y mostraba su mejor sonrisa.
   - A vosotros lo que os pasa –José Luis cogió la bolsa de maría sobre la mesa antes de continuar- es que habéis fumado demasiado por hoy. Y ahora dadme un jodido papel que me líe uno de estos.

   Said volvió a pensar en su familia. <<¿Dónde coño estarán esas dos?>>. Desde que su padre falleció todo se había vuelto un caos en su vida. Se consoló pensando que al menos no tendría que ver la que se estaba montando en la tierra. Sacó su móvil del pantalón, pero enseguida calló en que lo tenía apagado. Sin batería. Como siempre. Mientras pensaba en que finalmente el karma le estaba pasando factura por ser tan vago y perezoso miró hacia el otro lado del salón. Metadonas continuaba en silencio. Con el móvil agarrado entre las manos y sin dejar de marcar teclas. Entonces Said se dio cuenta del porqué de su absoluto silencio.
   - ¿Metadonas sabes algo de Jesús y Rafa? –preguntó el argelino, pero su amigo negó con la cabeza.
   - Llevo veinte minutos tratando de localizarlos pero no me lo cogen.

   Andrés Metadonas había sido el mejor amigo de Rafa. Era bajito y despreocupado. Con el pelo afro y las patillas anchas. Era blanco de piel y tenía unas pocas pecas en la cara que le brotaban de entre su frondosa barba. Su cara se encontraba más llena de greña que la del propio José Luis. Trabajaba de camello y las drogas eran su perdición. Sufría cambios bruscos de personalidad, por lo que igual estaba calmado que se alteraba y comenzaba a maldecir a diestro y siniestro.
   - Nada. Rafa sigue sin cogerlo.

   José Luis sacó su móvil y tecleó el número de Jesús. Este tampoco respondía la llamada.

GLOSARIO:

-     Call Of Duty: Videojuego bélico en primera persona muy famoso. Cuenta con numerosas entregas, entre ellas el Call Of Duty Black Ops (1 y 2), que incluyen un modo de juego donde debes sobrevivir a oleadas de zombis nazis atrincherado en un bastión.

1 comentario:

  1. Bueno, sí que es verdad que esta mejor que la primera versión. Hay más diálogos, todo más ordenado y comprensible, los personajes un poco más definidos...
    Tengo que decir que la parte de los militares no me llama especialmente la atención pero supongo que es necesaria para entender la gravedad de la situación que viven los personajes. Pero deja de meter secundarios que luego no sabes qué hacer con ellos y los matas de forma estúpida xDD
    Sigue así, aunque ahora volver a empezar me joroba, yo quería leer máaaaas! xDD Más te vale llegar pronto a la parte en donde estabas!
    Muuua!

    ResponderEliminar