lunes, 30 de julio de 2012

PRELUDIO

24 HORAS ANTES, CARTAGENA

Era miércoles por la tarde. Las cinco primeras plantas del Hospital de Marina estaban a rebosar de personal médico y policías. Casi una centena de pacientes presentaban síntomas parecidos a los de la infección que sacudía medio mundo: fiebre, hemorragias internas, piel pútrida, caída de pelo, nauseas, y finalmente, la muerte.


Cada cinco minutos llegaba una nueva ambulancia del servicio municipal de urgencias a la entrada del recinto cargando con más infectados. Muchos miembros de emergencias y personal hospitalario resultaron también contagiados por los "infectados violentos". Faltaban pocas horas para que se desatase la plaga a gran escala en la pequeña ciudad portuaria de Cartagena.

En lo más alto del hospital -la sexta planta-, tres siluetas discutían la delicada situación mientras miraban a través de la cristalera como llevaban maniatado y amordazado a un niño pequeño que se encontraba ya en la fase violenta.

El más joven de los tres vestía de camuflaje. Sus galones indicaban que se trataba de un Cabo, y formaba parte del personal militar de la RAA73. En el acuartelamiento de Tentegorra le conocían como Pitt porque se daba un aire al conocido actor de cine. Era el escolta personal del gabinete de investigación que trataba de encontrar un antivirus en la ciudad. El otro militar era de un rango muy superior; el Comandante Médico Antonio Madrid tenía treinta y muchos. Observaba inmutable la escena del exterior mientras discutía por móvil. Se trataba de un hombre inteligente e insensible, falto de ética hipocrática.

También había una mujer con bata de doctora y el pelo canoso llamada Ruth. Debía de tener cincuenta y tantos y era la coordinadora del DCEE -grupo de Detección y Contención de Epidemias Español- formado por el Ministerio de Defensa cuando se desató la plaga. Su Tesis sobre los Filovirus y sus trabajos científicos publicados en revistas internacionales de medicina sobre la cepa Ébola-Bundibugyo la habían acreditado para ocupar aquel importante puesto.

- Esto parece irreversible… -la doctora miraba a través del ventanal mientras le brotaban unas amargas lágrimas por los ojos- el MRIID nos acaba de enviar su informe. No pinta nada bien.
- Aún nos queda tiempo Ruth –intervino el soldado con galones-. Mañana te trasladarán al Búnker de la Moncloa y podrás seguir allí con tus investigaciones, lejos de los malditos muertos vivientes –esto último lo dijo entre susurros-.
- ¡¿Tú crees que aún tenemos alternativa?! –la doctora ignoró el tema de su traslado. No le hacía gracia tener que abandonar la ciudad, pues tendría que dejar atrás todo lo que había logrado hasta el momento en su laboratorio- Hoy han aparecido diecisiete nuevas Zonas Rojas, ¡una de ellas en España! Por dios. Hemos perdido contacto con los laboratorios de la India y ya existen tres países arrasados por el virus. Para colmo la cepa violenta nos ha traspasado... Jamás hubiésemos podido imaginar que la velocidad de contagio fuese tan elevada.

Zonas Rojas. Así es como llamaba el cuadro de mando a los espacios tomados por los infectados violentos y los saqueadores. Allí donde las posibilidades de supervivencia eran nulas.

- El CDC de Atlanta ha creado una vacuna en fase experimental, y nuestro Sujeto S ha mostrado avances increíbles –le rebatió el comandante Antonio-.
- ¡No me intente vender panaceas Madrid! En Atlanta están locos. Hace una semana probaron su elixir en animales y ya han muerto el 30%. No es seguro… Y nuestro sujeto continúa en coma desde que le administramos la vacuna. ¿Qué más da que desaparezca la infección? Ningún consejo aceptaría jamás nuestra propuesta teniendo en cuenta los efectos secundarios.
- En eso vamos a incidir hoy. Hemos mejorado la estructura química del fármaco. Si el Sujeto D sobrevive al tratamiento habremos encontrado un antídoto.
- …Sea realista comandante. De sus once cobayas seis están muertas, otra en coma y el resto… -Ruth se estremeció solo de pensar en ello- No quiero que me relacionen ni a mí ni a mis investigadores con esas “Armas Biológicas” que está coleccionando en tu departamento.
- No soy el único que los considera interesantes. El Ministerio de Defensa quiere resultados. Conocemos el virus y sabemos tratarlo. Hemos invertido una gran fortuna en crear estos laboratorios y posiblemente esos hombres sean el futuro de la biotecnología militar cuando esto acabe.
- ¿Y de que te servirán tus juguetitos si no puedes controlarlos? –la doctora no esperó respuesta- Solo piensan en matar y alimentarse… -por segunda vez volvió a estremecerse- Volveré al trabajo. Tengo que aprovechar el tiempo que me queda en Cartagena. Comandante, Cabo –la mujer les hizo un gesto de despedida y se marchó a su laboratorio-.

Antonio se mantuvo en silencio. La rabia le corroía las entrañas. Odiaba a aquella mujer y los valores que representaba. Si no hubiese sido por las impertinencias del comandante y por su constancia, jamás les habrían dejado investigar sobre humanos. “Puede que no sean métodos ortodoxos. Pero no tenemos tiempo para actuar de acuerdo a la ética” pensaba. Poco después de que Ruth abandonase la sexta planta, Antonio se dirigió a su subordinado.
- Supongo que le habrán informado ya de su misión cuando los Helicópteros vengan a evacuarnos, ¿no es así, Cabo? –le preguntó el comandante médico a su protector-.
- Preferiría hablar de ese asunto en otro momento. Si no le importa.
- Por supuesto. Solo quería asegurarme de que sigue opinando igual de lo que hablamos anteayer en nuestra reunión. A diferencia de la doctora, tengo esperanzas en que el Sujeto S mejore.
- Le entiendo perfectamente. Es usted un visionario. Si todos tuviésemos que obedecer a un código moral y a nuestra conciencia jamás encontraríamos una solución a los problemas del mundo.
- Tú lo que quieres es sacar tajada –Antonio se rió-. Quien de con el antivirus sin duda tendrá un gran poder entre sus manos –una mueca de malicia surgió en su rostro mientras decía aquello-. Una última cosa. Asegúrese de que nuestra amiga no suba a los helicópteros. Si todo sale según lo planeado van a cambiar muchas cosas. No quiero que nadie arruine nuestra sorpresa.
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Ruth no llegó a tomar su vuelo. Actualmente se desconoce su paradero.

 GLOSARIO:
RAA73: Regimiento Artillería Antiaérea Nº73. Situado en la cuesta de Tentegorra, Cartagena. La base pertenece al ejército de tierra.

Filovirus: Familia de virus del orden Mononegavirales. Agrupa entre otros al virus del Ébola y Marburg. Causan fiebres hemorrágicas virales. Destruyen el sistema inmunológico. Se transmiten entre humanos por hacinamiento, transmisión sexual o jeringas.

Ébola-Bundibugyo: Nueva cepa del Ébola descubierta en Uganda en 2007.

USAMRIID: Instituto de Investigación Médica del Ejército de los Estados Unidos para Enfermedades Infecciosas.

CDC: Centros de Contros de Enfermedades.

Búnker de Moncloa: Según leyendas urbanas, existe un búnker secreto bajo la Moncloa cuya construcción fue ordenada por Felipe González. Para más información sobre esta fuente hacer click AQUÍ.


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